DONACIONES PARA EL MANTENIMIENTO DE LA PÁGINA

MAPA DE VISITAS

miércoles, 25 de abril de 2012

EL TEATRO ESPAÑOL EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX


El teatro a principios del siglo XX

Las distintas tendencias del panorama teatral español en el primer tercio del siglo XX se reparten en dos frentes:

-El teatro que triunfa, continuador en gran parte del que imperaba en la segunda mitad del XIX. Se sitúan en esta línea:

a)La comedia burguesa de Benavente, en la que hay tolerables atisbos de crítica social.

b)El teatro en verso, neorromántico y con las adquisiciones formales del Modernismo, de orientación ideológica tradicionalista (Villaespesa y Marquina).

c)El teatro cómico, en el que predomina un costumbrismo igualmente tradicional (Arniches, los Álvarez Quintero).

-El teatro innovador que aporta nuevas formas y enfoques ideológicos:

a)Las experiencias teatrales de algunos noventayochistas como Unamuno y Azorín o de un escritor coetáneo como Jacinto Grau y el caso especial de Valle-Inclán y el esperpento.

b)Más tarde, se producen nuevos impulsos renovadores a causa de las Vanguardias y la Generación del 27 (García Lorca)


El teatro que triunfa

Jacinto Benavente

Llamó por primera vez la atención con una obra crítica, Cartas de mujeres (1893) y una comedia, El nido ajeno (1894). Los arribistas, los ricos y las instituciones feudales son algunos de los temas atacados en sus obras. En 1922 recibió el Premio Nobel de Literatura. Posteriormente, viajó por toda América, representando sus obras con una compañía de teatro. Escribió numerosas comedias y tragedias, entre las que destacan Los intereses creados (1907), basada en la Commedia dell'arte, La malquerida (1913), y algunas obras infantiles. Murió en 1954. A continuación ofrecemos un texto perteneciente a su obra más conocida, Los intereses creados:

Carlos Arniches

Nació en Alicante el 12 de octubre de 1866. Fue un renovador del llamado género chico —a través de unas 300 obras, que abarcan sainetes, comedias y libretos de zarzuela. Su producción es ininterrumpida desde 1888 hasta el año de su muerte. Al menos 32 argumentos suyos han sido llevados al cine, por ejemplo La señorita de Trevélez, que dirigió Juan A. Bardem con el título Calle Mayor, en 1956, o Es mi hombre, dirigida por Rafael Gil, en 1965. La riqueza de la lengua popular madrileña, unida al humor, la ironía y el juego de palabras, es uno de los grandes méritos del dramaturgo, que ha merecido el minucioso estudio de Manuel Seco titulado Arniches y el habla de Madrid. Dentro de su abundante obra, vale la pena citar los llamados “sainetes rápidos”. Federico García Lorca decía: “Carlos Arniches es más poeta que casi todos los que escriben teatro en verso actualmente”; y Ramón Pérez de Ayala elogiaba el teatro de Arniches contra el convencionalismo estético de Jacinto Benavente. Murió en 1943 en Madrid.

Alejandro Casona

Se le suele enmarcar dentro de la corriente denominada "teatro poético", heredera del Modernismo. En 1934 recibió el premio de teatro Lope de Vega por su obra La sirena varada. De 1935 son las piezas Otra vez el diablo y Nuestra Natacha. En 1937 se va de España, se traslada a México, donde estrena en ese mismo año Prohibido suicidarse en primavera, y finalmente a Argentina, país en el que vivirá hasta 1963, año de su regreso a Madrid.


El teatro innovador

Valle Inclán

Fue el creador del esperpento, una técnica teatral que consistía en la deformación de la realidad con fines críticos. Luces de bohemia, su obra teatral de 1920, estableció una estética de la deformación, por medio de la que estiliza lo bajo, lo feo, con una especie de expresionismo gestual y caricaturesco que él mismo llama “del héroe reflejado en el espejo cóncavo” y que llamará esperpento y tiene antecedentes en Quevedo y Goya. Probablemente sea su obra teatral más lograda. Los cuernos de don Friolera, de 1921, y Las galas del difunto, 1926, inciden en esta estética, mientras que en Divinas palabras, de 1920, la virtud de la palabra sagrada se impone a las pasiones carnales en unos ambientes de pesadilla.

Valle Inclán es un escritor polifacético y original: militó en las filas del Modernismo y siempre se le ha relacionado con la Generación del 98, pero su gran imaginación creadora y su incansable espíritu renovador le proporcionaron un estilo muy personal. Sus “esperpentos” se convirtieron en un fenomenal modelo de teatro vanguardista por ser obras teatrales originalísimas que rompen con todo el teatro anterior: parten de una concepción antiburguesa del arte y se caracterizan por poseer un lenguaje provocativo e impactante y unos personajes deformados que se desenvuelven en situaciones grotescas. Por todo ello, esta nueva concepción del teatro no triunfó entre el público burgués de su época, debido también a las dificultades de representación que ofrecía.

Federico García Lorca

El teatro de Lorca es, junto al de Valle-Inclán, el más importante escrito en castellano durante el siglo XX. Se trata de un teatro renovador de una gama muy variada con símbolos o personajes fantásticos como la muerte y la Luna, lírico, en ocasiones, con un sentido profundo de las fuerzas de la naturaleza y de la vida.

Entre sus farsas, escritas de 1921 a 1928, destacan Tragicomedia de don Cristóbal y Retablillo de don Cristóbal, piezas de guiñol, y sobre todo La zapatera prodigiosa, una obra de ambiente andaluz que enfrenta realidad e imaginación. También pertenece a la categoría de farsa Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín. De 1930 y 1931 son los dramas calificados como “irrepresentables”, El público y Así que pasen cinco años, obras complejas con influencia del psicoanálisis, que ponen en escena el mismo hecho teatral, la revolución y la homosexualidad, a partir de un complejo sistema de correspondencias.

Las tragedias rurales son Bodas de sangre, de 1933, Yerma, de 1934, donde se aúnan mitología, mundos poéticos y realidad y La casa de Bernarda Alba, concluida en junio de 1936, y que la crítica suele considerar la obra fundamental de Lorca. En Doña Rosita la soltera, de 1935, aborda el problema de la solterona española, algo que también aparece en La casa de Bernarda Alba. Al comienzo de su carrera también había escrito dos dramas modernistas, El maleficio de la mariposa (1920) y Mariana Pineda (1927).

El mundo de García Lorca supone una capacidad creativa, poder de síntesis y facultad natural para captar, expresar y combinar la mayor suma de resonancias poéticas, sin esfuerzo aparente, y llegar a la perfección, no como resultado de una técnica conseguida con esfuerzo, sino casi de golpe. La variedad de formas y tonalidad resulta deslumbrante, con el amor, presentado en un sentido cósmico y pansexualista, la esterilidad, la infancia y la muerte como motivos fundamentales. Los símbolos como la luna, el río, la noche…son habituales en el teatro de Lorca y representan las obsesiones del autor: la muerte, la soledad, la opresión… La mujer y la opresión que sufría en su época es otro de los temas favoritos de Lorca: la mujer simboliza la lucha por la libertad y el enfrentamiento al poder opresor de la sociedad.

Rafael Alberti

Rafael Alberti, conocido fundamentalmente por su obra poética, también escribió obras de teatro innovadoras que merecen ser destacadas en este apartado. Dentro de la misma línea de carácter surrealista y político que marcó gran parte de su poesía, escribió algunas obras teatrales en la línea del teatro europeo moderno. Entre las más conocidas se encuentran El adefesio, de 1944, y, de 1956, Noche de guerra en el Museo del Prado, obras innovadoras que rompen con los esquemas del teatro clásico y que no tuvieron el merecido reconocimiento en su época aunque actualmente sí que están siendo estudiadas por su indudable valor técnico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario